Alejandra Luzardo: «Las economías creativas rompen esquemas, pero necesitamos un enfoque multidisciplinar e intersectorial». 
Economías creativas

Alejandra Luzardo: «Las economías creativas rompen esquemas, pero necesitamos un enfoque multidisciplinar e intersectorial». 

En esta entrevista con Alejandra Luzardo, líder de innovación y creatividad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), abordamos la importancia de pensar respuestas multidisciplinares e intersectoriales para activar ecosistemas creativos que abran oportunidades de aprendizaje y creen empleo en América Latina y el mundo.

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Ideas clave

  1. Las industrias culturales y creativas están vinculadas al desarrollo de nuevas tecnologías y han cambiado la forma de relacionarnos con la industria musical y audiovisual.
  2. Entender el mercado, desarrollar estrategias de marketing, manejar cifras y asociarse son recomendaciones vitales para los creativos de hoy. 
  3. Las economías creativas son esencialmente tecnológicas y van de la mano con el desarrollo de la inteligencia artificial y la creatividad humana.
  4. Las industrias culturales y creativas están rompiendo esquemas y colaborando en la inclusión social.

«Ha sido un trabajo de años» responde sonriendo Alejandra Luzardo sobre su vinculación con el mundo de las economías creativas en América Latina. Actual líder en innovación y creatividad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en esta temática, Luzardo ha publicado numerosas investigaciones y artículos que dan cuenta del activo momento de las economías creativas en América Latina. Textos como «Economía naranja: una apuesta para el futuro», «Emprender un futuro naranja: quince preguntas para entender mejor a los emprendedores creativos en América Latina y el Caribe» y «Los videojuegos no son un juego: los desconocidos éxitos de los estudios de América Latina y el Caribe» se han convertido en verdaderos best sellers del sector, destacando la creatividad y el emprendimiento en la región. 

Luzardo también confiesa que cuando comenzó a incorporarse en este mundo descubrió que había más preguntas que respuestas para contar lo que estaban haciendo los emprendedores creativos de América Latina y el Caribe: «¿Dónde trabajan los emprendedores creativos? ¿Qué tipo de emprendimiento tienen? Hubo todo un trabajo de investigación para relevar las 50 innovaciones de América Latina y el Caribe que eran muy poco conocidas» señala, refiriéndose a una publicación del BID que destacó 50 proyectos de innovación y emprendimiento con impacto social el año 2017. 

Este esfuerzo publicado hace poco más de un lustro fue uno de los inicios en el reconocimiento de los emprendedores creativos latinoamericanos y de un vasto sector que al día de hoy, según Luzardo, incluye al menos 38 subsectores, aporta un 3,1% del PIB mundial y genera 524 millones de dólares en exportaciones. Videojuegos, artes visuales, diseño, artesanías y un sinnúmero de áreas son parte de esta expansión que, sin embargo, todavía se encuentra en una ruta de aprendizajes, continúa recuperándose de los estragos de la pandemia por el COVID-19 y adaptándose a los más recientes cambios tecnológicos que ha traído el rápido desarrollo de la inteligencia artificial. 

 

¿Cuál dirías que es la esencia de las economías creativas?
¡Hay tantas definiciones sobre las economías creativas! Está la definición del BID, de UNESCO, entre otros, y todavía no logramos dar con una definición que permita que la mayoría de los gobiernos comprendan la importancia de las industrias creativas y culturales. Entonces creo que tenemos que superar esa discusión y enfocarnos en el impacto que generan las economías creativas. 

Creo que es importante quedarse con tres cosas esenciales: una, que las economías creativas son capaces de generar valor y riqueza. La segunda, que generan y están generando empleos. Y la tercera, que son capaces de generar impacto social. 

 

Pese a estas tres cosas esenciales, hace poco señalaste que en América Latina las empresas creativas tenían «poca salud» ¿Cómo puede enfrentarse la poca salud de las empresas creativas en la región?

La mala salud del emprendimiento creativo tiene una estrecha relación con las tres causas del fracaso que destacamos en la publicación del BID «Emprender un futuro naranja: Quince preguntas para entender mejor a los emprendedores creativos en América Latina y el Caribe». Estas tres causas se enfocan en la mala planificación en sus finanzas, el desconocimiento del mercado, y flujo de efectivo. Para poder abordar estos temas hay que invertir en capacitar a talentos creativos y en políticas públicas que puedan potenciar estos emprendimientos. Las políticas públicas son vitales y lo demostramos en otra investigación del BID que titulamos «Evaluación del impacto del COVID-19 en las industrias culturales y creativas» y que llevamos a cabo junto a UNESCO, SEGIB, OEI y MERCOSUR Cultural. 

Durante la pandemia por COVID-19 los mismos creadores nos dijeron qué cosas pensaban ellos que eran importantes en términos de políticas públicas y hubo tres hallazgos importantes: que los contraten cuando usen su creatividad, ya sea para una película o una foto; que haya mayor flexibilidad de pago para los creativos en temas de impuestos y que se pueda abrir una conversación en torno a la protección laboral de los creativos, que son mayoritariamente freelancer o trabajadores informales. En tercer lugar, la importancia de crear instancias que colaboren en el desarrollo del capital humano, y programas para acelerar la digitalización de manera que los creativos puedan, por ejemplo, usar las tecnologías para vender sus productos online.

Además, es esencial la asociatividad con instituciones, con el mundo privado o con personas que puedan agregar valor a un emprendimiento creativo, porque una empresa creativa va a necesitar una persona que sepa de negocios, que pueda llevar un Excel con números, con gastos, que sepa cómo pagarle a los empleados, que conozca los derechos, los términos jurídicos y de copyright, etc.

También será muy importante que el emprendedor entienda cuál es su mercado. Se requiere un entendimiento mínimo sobre estrategias de difusión y marketing que son fundamentales para darse a conocer, compararse, aprender y crecer. 

 

A propósito de la digitalización que comentabas como desafío de las economías creativas, nos encontramos en un momento en que la inteligencia artificial se ha tomado la discusión pública. Hay personas optimistas, otras que tienen temor. ¿Deberían celebrar o temer las economías creativas? 

Las industrias culturales y creativas han sido siempre súper innovadoras en términos tecnológicos. Spotify cambió la forma en que escuchamos música y Netflix cambió la forma en que se consumen las películas en el mundo entero. Y lo que te quiero decir con esto es que el mundo de la tecnología siempre va de la mano con el de las industrias creativas. 

Creo que si la inteligencia artificial se aborda desde lo desconocido, efectivamente podría ser vista como algo negativo, pero si la incorporamos en los procesos creativos como una herramienta de apoyo creo que puede tener un gran valor. Es decir, hoy vemos que la I.A. puede generar imágenes en cosa de segundos y eso sin duda tendrá un impacto en las empresas creativas. Sin embargo, para esa creación hoy en día necesitas un humano que ponga toda su imaginación en palabras para que la inteligencia artificial funcione. 

 

Mencionaste recién a plataformas de streaming o reproducción musical que cambiaron la forma en que nos vinculamos con la música y el mundo audiovisual, pero que siendo parte de las economías creativas están en otro registro si las pones al frente del mundo artesanal. ¿Qué podrías reflexionar en torno a este tema? ¿Crees que se puede nivelar la cancha entre ambos mundos? 

Es que son cosas muy diferentes y cada sector debe ser abordado entendiendo sus particularidades. No puedes comparar la artesanía con el sector audiovisual pero sí puedes ver cómo se potencian entre sí.

Hace poco estuve en México, en Chiapas, Oaxaca y Yucatán, viendo el inmenso potencial de la artesanía en el sur sureste de México. Allí tuvimos la oportunidad de revalorizar el tiempo que toma esa tipo de creaciones, pero también preguntándonos cómo proteger los derechos de los artesanos, y el patrimonio cultural, cómo abordar los temas sociales que surgen cuando trabajas con comunidades que no han sido priorizadas por décadas. Todo esto es clave, pero al mismo tiempo hay una gran interrogante en cómo se desarrolla un sector como el artesanal que tienen tantos desafíos. ¿Cómo hacer para que estos productos trascienden a través de una plataforma online, por ejemplo? ¿Cómo llevamos estos productos a un comprador que tenga capital para adquirirlos? Y aquí empiezan a confluir las artesanías con las nuevas tecnologías, con el desarrollo de nuevas capacidades para que los artesanos puedan mercadear sus productos tomando en cuenta su locación, las horas que les lleva el desarrollar una pieza, el traslado de la misma a un punto de venta, cómo conectarlos con otros para que vendan sus productos. 

Cuando te comentaba la importancia de trabajar junto a otros sectores, en este caso me refería al audiovisual, ya que puede ser una herramienta potente de storytelling y de dar a conocer el trabajo de estas comunidades. Todo esto puede crear una alianza para darle visibilidad a personas que quizás nunca antes habían tenido una vitrina como esta.

Cada sector creativo tiene su potencial por separado, pero se potencian mucho más si trabajan en conjunto. 

 

El tema de lo audiovisual ha estado muy presente en tu trayectoria profesional. De hecho publicaste un libro titulado «Los videojuegos no son un juego» y hace poco junto a Netflix publicaste «Detrás de cámaras. Creatividad e inversión para América Latina y el Caribe: aprendizajes de una conversación con voces claves del sector audiovisual.» ¿Crees que los videojuegos o el mundo audiovisual son una llave fundamental para el presente? 

Uno de los sectores que tienen mayor crecimiento son los videojuegos, más allá del sector musical y del audiovisual. En el mundo se están usando cada vez más los videojuegos como material educativo. De hecho, hay videojuegos que no fueron creados con el propósito de educar pero, debido a su potencial, a lo sofisticados que son, hoy en día, se usan para enseñar historia. Es el caso, por ejemplo, de Assassin’s Creed y refleja que no hay nada más potente que aprender jugando. 

Nosotros en el BID pudimos destacar los 50 casos de videojuegos más relevantes de toda América Latina y hoy nos sentimos muy orgullosos de esa publicación porque no existía antes una publicación como esta, que se ha convertido en un referente para la industria y que ha sido de gran ayuda para contarle al mundo que en América Latina y el Caribe tenemos talento comparable con el de USA, Canadá y Asia.

 

En América Latina y el mundo estamos pasando por un momento donde hay pocas oportunidades para los creadores, la cohesión social es muy difícil y crece el descontento general. ¿Crees que las economías creativas pueden ser una respuesta para los problemas sociales actuales? 

Con el equipo de Netflix y la Unidad de Creatividad y Cultura y la División de Educación del BID comenzamos una primera colaboración con «Detrás de cámaras: creatividad e inversión para América Latina y el Caribe: aprendizajes de una conversación con voces claves del sector audiovisual», estudio que repasa el estado actual del sector audiovisual en América Latina y el Caribe en el contexto del auge en la demanda propiciado por el streaming y las industrias nacionales. La investigación hace una cartografía de hitos audiovisuales y fija su lente en debates de política pública y habilidades del siglo XXI. Luego de entrevistar a casi un centenar de creadores emergentes, productores, ejecutivos de empresas de entretenimiento, trabajadores institucionales y de asociaciones fílmicas, se dirimen los principales retos y oportunidades en la región.

A raíz de esta colaboración nace Sandbox Audiovisual Colombia en el 2022, proyecto que tiene como socios estratégicos al BID, a Netflix y al Ministerio de Cultura de Colombia. Este proyecto se está desarrollando en 6 regiones (Sincelejo, Popayán, Riohacha, Quibdó, Bogotá, entre otras), muchas de ellas afectadas por el conflicto armado. El desafío allí era encontrar a potenciales creadores y conectar la industria a esos sectores. Entonces el BID, junto al Ministerio de Cultura de Colombia y Netflix, nos lanzamos y realizamos un llamado para 1.500 jóvenes creativos al que llegaron 7.500 interesados en participar del Sandbox Audiovisual. Es decir, estamos generando inclusión bajo un proyecto que abre nuevas oportunidades para todas las personas, hombres y mujeres, de distintos estratos sociales, también provenientes de comunidades afrodescendientes, comunidades indígenas y miembros del colectivo LGBTQ+.

Así que, sí. Las industrias creativas rompen esquemas y generan oportunidades de empleo y aprendizaje con una perspectiva distinta, pero necesitamos trabajar intersectorialmente y con equipos multidisciplinarios. Si les preguntas a los jóvenes hoy todos quieren ser influencers. Entonces la pregunta es ¿remamos contra la corriente o vemos cómo podemos potenciarlos con habilidades del siglo XXI o habilidades técnicas en lo audiovisual que capturen su atención y que realmente los preparen para hacer parte de una industria que puede ofrecer oportunidades de empleo? En este momento estamos terminando la fase I del Sandbox Audiovisual pero los invito a que sigan como vamos avanzado en este proyecto a través de su página web.  

 

Una última pregunta para cerrar. ¿Qué nos recomiendas tomar en cuenta para seguirle la pista a las economías creativas en la actualidad?  

Me parece interesante mirar las experiencias, los proyectos de economías creativas en la región, porque así uno ve por dónde va la senda. Hay muchas iniciativas donde se reconoce la vocación de hacer un aporte a lo social y un enfoque multidisciplinar, que son los valores que constituyen las economías creativas.  Tomando en cuenta la cantidad de subsectores, los invito a escuchar historias reales de creadores a través de Región Naranja, un podcast que hemos creado en el BID para dar visibilidad a iniciativas y creadores de la región, en el que he tenido el privilegio de ser la productora ejecutiva. Aquí hablamos sobre la creatividad, emprendedores, innovación y nuevas tecnologías y sobre toda la pasión y perseverancia de nuestros creadores convencidos de crear un impacto social en sus entornos. 

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