Desde que los Estados Miembros de Naciones Unidas establecieron en 2015 los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los gobiernos y organismos internacionales han estado en constante búsqueda de soluciones para hacer frente a los desafíos propuestos en la Agenda 2030: cambio climático, resiliencia de sistemas, crecimiento inclusivo, transformación digital, igualdad de género.
Para abordar estas brechas, ha surgido un nuevo enfoque: el de la innovación orientada por misiones.
Promovido por la economista italiana-estadounidense Mariana Mazzucato –quien es directora y profesora del Institute for Innovation and Public Purpose de la University College London (UCL)–, y utilizado como técnica en la Unión Europea y en países como Inglaterra; alude a la intención de dirigir los recursos en innovación hacia la resolución de los principales problemas públicos que enfrenta el mundo, estableciendo misiones específicas para mejorar la calidad de vida de las personas.
Es decir, se trata de acciones colectivas y concretas que generan cambios sistémicos. Y, de paso, le entregan sentido social al crecimiento económico de los países.
Uno de los grandes ejemplos de su aplicación práctica fue lo realizado por la agencia de innovación de Suecia, Vinnova. Liderada por su directora general, Darja Isaksson y el director de diseño estratégico, Dan Hill; este organismo diseñó dos pilotos para entregar soluciones a retos que consideraron claves en el país: movilidad urbana; y alimentación saludable y sostenible para niños y niñas.
Un proceso que quedó ilustrado en esta guía práctica de innovación orientada a las misiones, y que ha sido ofrecida al público como muestra de un prototipo –desplegado paso a paso– para resolver desafíos sistémicos.
“Ofrecemos nuestro aprendizaje no como una especie de ‘bala de plata’, ni como ningún tipo de proceso perfecto. Los equipos detrás de estas actividades saben lo difícil que a veces ha sido perseguir este trabajo. Pero estamos dando cuenta de la forma en que hemos interpretado las misiones con el espíritu de ‘mostrar nuestro trabajo’ para que otros puedan adoptar y adaptar sus principios y prácticas”, indica Darja Isaksson, directora general de Vinnova.
Además de mostrar el método específico utilizado, el manual entrega tips para realizar un proceso de innovación orientado en misiones, como por ejemplo:
- Los temas de la misión pueden enmarcarse mejor en el contexto de desafíos acordados a nivel nacional o regional. Esto les entrega legitimidad, aunque se pueden ir ajustando a la realidad local.
- Estos tópicos pueden ser amplios y abiertos. No hay que intentar cerrarlos demasiado temprano.
- Las misiones deberían responder a sistemas, infraestructuras y experiencias reconocibles y significativas.
- Se puede llevar a cabo un análisis de antecedentes a fin de comprender la dinámica clave dentro del tema de la misión.
- Se debe construir un equipo multidisciplinario para impulsar el proceso de diseño orientado a la misión, entregando recursos apropiados según sus requerimientos.
Para Juan Felipe López, socio de Unit y experto en gestión e innovación pública, lo interesante de este manual radica en su capacidad de mostrar, con ejemplos reales, el poder transformador de la innovación orientada por misiones, que muchas veces parece un tema poco gestionable. “Se logra ejemplificar con temas de la vida cotidiana marcos teóricos difíciles de entender, y que muchas veces son cuestionados en su aplicabilidad. De manera pedagógica, se explica cómo lo hicieron. Dan Hill y su equipo entregan un camino con resultados concretos”, concluye.
Revisa la guía de Vinnova en: https://www.vinnova.se/contentassets/1c94a5c2f72c41cb9e651827f29edc14/designing-missions.pdf?cb=20220311094952
