Transformación e innovación organizacional: de la fantasía creativa a mover la aguja con resultados concretos
Transformación organizacional

Transformación e innovación organizacional: de la fantasía creativa a mover la aguja con resultados concretos

El principal problema que tienen las entidades -públicas y privadas-, para innovar, es que muchas se aproximan a estos procesos como algo separado del core de lo que hacen. Sin embargo, nos hemos dado cuenta de que cada vez hay más gerentes y directivos que comparten que la innovación debe ser parte de las rutinas permanentes.

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Ideas clave

  1. Debemos eliminar el ya gastado cliché que asocia a la innovación con “pensar las cosas de una manera distinta”.
  2. Creemos que hay que entender la innovación, más bien, como aquel proceso colaborativo que busca crear valor concreto para usuarios y ciudadanos a partir de la transformación de los medios o los propósitos organizacionales.
  3. En términos metodológicos, es fundamental teñir con nuevas mentalidades, prácticas y procesos de innovación las estructuras existentes en las organizaciones.

Recientes colaboraciones con el sector público, organismos multilaterales y empresas de América Latina han puesto en evidencia un problema cada vez más común: la capacidad organizacional e individual para implementar transformaciones e innovaciones en las instituciones. ¿Cuentan con las capacidades para desplegar operacionalmente la complejidad de los diseños de mejoras, de transformación o de innovaciones en productos y servicios? Pareciera que se trata menos de presupuestos disponibles (que, por cierto, siempre son escasos) y más de las capacidades culturales y organizacionales de transformar y ejecutar. Este fenómeno se ha dado en paralelo con cómo las organizaciones estructuran sus recursos para gatillar procesos de transformación e innovación y de qué manera orquestan interna y externamente dichos procesos de cambio.

En general, ha existido siempre una tensión entre la existencia de una persona líder de las transformaciones e innovaciones versus la creación más sistémica de una cultura de innovación.

Por una parte, se ha creído que es impensable iniciar cualquier proceso de transformación sin una persona a cargo de dicha estrategia, pero, por otra, se ha cuestionado dicho impacto.

En esta línea, una investigación compartida en un laboratorio de aprendizaje de Innov8rs sostiene que actualmente el papel del director de innovación está sufriendo modificaciones. Esto porque las compañías se han dado cuenta de la relevancia de la innovación para repensar sus modelos y abordar con ello desafíos actuales; medioambientales y sociales.

Así, el director de innovación o transformación está pasando de ser el único encargado de estos temas a ser un catalizador de cambio al interior de las organizaciones que promueven procesos colectivos y colaborativos. Y donde se transforman las prácticas de los equipos para que agreguen valor de manera más sistemática.

Para eso, debemos eliminar el ya gastado cliché que asocia a la innovación a “pensar las cosas de una manera distinta”. Creemos que hay que entender la innovación, más bien, como aquel proceso colaborativo que busca crear valor concreto para usuarios y ciudadanos a partir de la transformación de los medios o los propósitos organizacionales.

En términos metodológicos, es fundamental teñir con nuevas mentalidades, prácticas y procesos de innovación las estructuras existentes en las organizaciones, con un marcado énfasis en el delivery de los productos o servicios core de la compañía u organización. Esto, porque está lleno de organizaciones que se quedan en los portafolios de ideas, las que terminan siendo imaginaciones poco realistas para las necesidades reales de las instituciones.

El principal problema que tienen las entidades –públicas y privadas–, para innovar es que muchas se aproximan a estos procesos como algo separado del core de lo que hacen. Cuando eso no sucede, se percibe a la innovación como algo adicional o extra que quita presupuesto o saca a las personas de su foco de trabajo.

Sin embargo, nos hemos dado cuenta de que cada vez hay más gerentes y directivos que comparten que la innovación debe ser parte de las rutinas permanentes. Cuando eso sucede y se alinean estrategias, metas y prácticas de gestión con procesos de innovación, los resultados generan transformaciones. Ejemplo de esto es el concurso SAVIA de CMPC y el programa de transformación digital en Govtech de Sao Paulo, como caso del sector privado y del sector público, respectivamente.

Aunque no todas las organizaciones que han tomado ese camino se aproximan del mismo modo –algunas, primero, se abren al ecosistema para buscar innovaciones en su cadena de valor, mientras otras invierten en capacidades de equipos–, lo importante es que estos procesos se instalen de manera rutinaria, permanente y vinculadas a lo que sea que haga la organización. Sólo de esa manera, las transformaciones perduran y escalan.

En Unit, tenemos cuatro programas, con distintos niveles de profundidad, duración y alcance, que permiten instalar mentalidades, equipos innovadores y una cultura de innovación:

  1. Explora: masterclass de 3 horas y media dirigida a directivos, públicos y privados, a cargo de procesos de transformación e innovación en sus organizaciones. Su objetivo es introducir las metodologías y herramientas de innovación, trabajando en base a problemas reales de las organizaciones.
  2. Acelera: programa intensivo de 2 meses de introducción a los paradigmas, metodologías y herramientas de innovación. Se aborda un desafío concreto con lógicas de innovación (de inicio a fin), diseño de servicios y facilitación de espacios para que emerja la inteligencia colectiva.
  3. Lidera: programa avanzado de 4 meses que busca transformar la cultura de una organización, mediante la entrega de nuevos enfoques de innovación y herramientas avanzadas de diseño de servicios e impacto público. Desde aquí, se puede ver un mayor movimiento al interior de las empresas, encontrando nuevas soluciones a desafíos complejos
  4. Moviliza: programa de 6 meses que permite involucrar a un ecosistema en torno a un desafío relevante, a partir de una experiencia de innovación abierta, entendiendo que las soluciones también pueden venir desde afuera.

Desarrollamos esta oferta de programas porque dentro de una organización conviven distintos tipos de necesidades en capacidades de innovación. Puede que algunas instituciones requieran potenciar más a los equipos, mientras que otras busquen vincularse con el ecosistema emprendedor. En el fondo, son soluciones hechas a la medida, porque trabajan con problemas reales de las organizaciones.

Aquí puedes encontrar más información sobre nuestros programas de transformación e innovación.

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